Empacho
Es una palabra
latinoamericana, que significa que una persona se sobrepaso al alimentarse. En
los niños lactantes, se denomina también “enlechado”.
Pero hay dos tipos de empacho:
uno se refiere como ya mencionamos, a molestias en el aparato digestivo; el otro
se refiere a molestias en el aparto reproductor.
Hablaremos del
empacho digestivo:
Sucede debido a la dificultad
que tenemos en digerir determinados alimentos, ya sea por la cantidad o por sus
características. Un caso común en la ablactación (incorporación de alimentos a
los bebes) o “pruebitas” de alimento, es que hay que eliminar las cubiertas;
como es el caso de la cáscara en los frijoles, la piel de las uvas o de los
capulines. Generalmente las abuelas decían que se pegan estos
hollejos en el intestino y es lo que provoca el empacho. Cuando
sucede este tipo de malestar, es cuando el paciente tiene mucha diarrea cuya
causa serían los movimientos (peristálticos) intestinales para eliminar los
hollejos. Pero también pueden presentar: dolor abdominal, vómito, inapetencia,
lengua blanquecina y mal humor.
Otro caso es cuando comemos de
mas, lo que en bebés sería “enlechado”. Muchas madres primerizas, son
aconsejadas por los doctores que los bebés solamente deben tomar
leche. El problema, es que los bebés también necesitan agua. Por una parte para
poder defecar sin problema ( estreñimiento) y por otro lado, para que no se
enlechen. Como el bebé necesita líquido, pide seguir alimentándose,
pero si toma leche de más, viene el empacho. No sucede así, cuando alimentamos
al bebé y si el sigue queriendo amamantarse, a pesar de ya haberlo
hecho, entonces le podemos ofrecer una onza de agua purificada. Por ello las
abuelas, brindaban un té a los bebés, que fuera de hierbabuena, manzanilla o de
anís de estrella. Con ello, le proporcionaban el agua necesaria para sus
procesos, le impedían el empacho, brindaban la posibilidad de verificar si el
dolor estomacal del bebé era por empacho o por gases y disminuían el cólico.
Las proporciones que se hacen para elaborar el té para un bebé, son mínimas.
Por ejemplo: para hacer un té de manzanilla, se agrega a 250 ml (una taza) de
agua, 4 florecitas de manzanilla previamente lavada. Para un té de anís de
estrella, a 250 ml de agua se le agrega un brazo de la estrella SOLAMENTE
UNO. Si las molestias continúan en el bebé, se trata de un
empacho y hay que sobarlo para liberar el problema. Este tipo de “sobadas”,
debe hacerlas una curandera que realmente sepa, debido a que los bebés son muy
delicados para estos tratamientos.
En el caso de niños mayores a
los 3 años, el empacho es debido a los mismos hollejos o a comer mas
de lo debido. Lo mismo sucede en las personas adultas; en el caso de personas
de tercera edad el asunto es diferente, pues los procesos digestivos cambian y
lo más probable es que se trate de una indigestión por exceso de alimento para
el cual, ya no tienen la misma capacidad para digerir. Cuando se encuentra un
niño empachado, tiene dolor abdominal, puede tener gases, posiblemente repita
con un sabor nauseabundo, se encuentra inapetente, con vómito, con diarrea, su
lengua es blancuzca, con dolor de cabeza. Los síntomas pueden ser
uno o varios y refleja el estado de su digestión.
En el caso de los adultos los
síntomas son semejantes a los de los niños, pero con la variante de que si no
es tratado, puede provocar incluso reflujo. Durante mi práctica, he tenido este
tipo de pacientes, que duermen sentados debido a que se les regresa el
alimento.
Si han tenido bebés, se
acordarán que una vez alimentados hay que hacer que saquen el aire, el cual
viene con un poco de alimento como si vomitaran brevemente. Esto es debido a
que aparto digestivo es pequeño. En el caso del adulto, al estar sin una
digestión adecuada, o con elementos que la entorpecen, se reduce el espacio y
resulta en un reflujo.
El tratamiento para empacho,
no hay que confundirlo con síntomas donde el paciente presenta fiebre, la
presencia de aumento en la temperatura corporal se debe a que hay una infección
gastrointestinal el cual no se cura sin antibióticos. De igual forma el
reflujo, no siempre es debido a un empacho. Quienes se dedican verdaderamente
a la curación por hierbas, lo saben, Ustedes no deben dejarse sorprender por
gente sin escrúpulos, que puede poner en riego la vida del paciente. Hacer un
buen diagnóstico, es esencial para el enfermo, pues una persona no preparada,
puede confundir los síntomas agravando el caso.
La sobada para el empacho,
tiene sus bases científicas en realizar los movimientos peristálticos de
desalojo de una forma suave y conveniente. El jalón de la espalda cuando se
termina de sobar el vientre, estimula los nervios que permitirán una buena
digestión. De tal manera que los conocimientos ancestrales, ahora, los está
comprobando el conocimiento científico.
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